Risotto de hongos

Receta ↓ Ángela Solar

¡El risotto de hongos es una delicia culinaria que no te puedes perder! Con una textura cremosa y suave como la seda, este plato te sorprenderá con su sabor intenso y aromático. Además, es sencillo y rápido de preparar.

Ingredientes necesarios

¡Vamos a preparar un risotto de hongos tradicional juntos! Para ello, necesitarás reunir los siguientes ingredientes:

• Arroz arborio - 350 g: Este tipo de arroz es perfecto para risottos, ya que absorbe bien los líquidos y queda cremoso.
• Hongos mixtos - 500 g (como champiñones, shiitake y boletus): Personalmente, me encanta usar una mezcla de hongos para dar más sabor y textura al plato. ¡Pero tú eliges los que más te gusten!
• Cebolla - 1 cebolla mediana: La cebolla es la base de nuestro sofrito, ¡asegúrate de picarla bien fina!
• Ajo - 2 dientes: El ajo le da un toque especial a nuestro risotto, pero si no eres muy fanático, puedes reducir la cantidad.
• Vino blanco - 100 ml: El vino blanco ayuda a desglasar la sartén y potencia el sabor de los hongos. ¡Ojo! Elige un vino que te guste beber, ya que su sabor se trasladará al risotto.
• Caldo de pollo o verduras - 1 litro (preferiblemente casero): Un buen caldo casero es la clave para un risotto perfecto. Si no tienes tiempo, puedes usar uno de buena calidad comprado.
• Mantequilla - 100 g: La mantequilla le da una textura suave y cremosa al risotto, ¡no te la saltes!
• Queso parmesano rallado - 100 g: El queso parmesano es el toque final que le da sabor y cremosidad a nuestro risotto. ¡Rállalo tú mismo justo antes de usar para que no se seque!
• Aceite de oliva virgen extra: Un chorrito de aceite de oliva para sofreír los hongos y la cebolla.
• Sal y pimienta negra al gusto: Sazona al gusto, pero recuerda que el queso parmesano ya aporta sal.
• Perejil fresco picado para decorar (opcional): El perejil le da un toque de color y frescura al plato, ¡pero solo si te apetece!

Preparación del risotto

¡Empecemos con la preparación de este delicioso risotto de hongos! Lo primero que haremos será seleccionar y limpiar los hongos. Yo suelo usar una mezcla de champiñones, shiitake y boletus, pero tú eliges los que más te gusten.

Una vez tengamos los hongos listos, vamos a preparar el sofrito. Este será la base aromática de nuestro risotto. En una sartén grande, calentaremos un chorrito de aceite de oliva y sofreiremos la cebolla y el ajo finamente picados. Cuando estén dorados, añadiremos los hongos y los cocinaremos durante unos minutos.

A continuación, toca cocer el arroz. Añadiremos el arroz a la sartén con el sofrito y lo rehogaremos durante un par de minutos. Después, empezaremos a añadir el caldo poco a poco, mientras removemos constantemente. Este proceso es clave para lograr la cremosidad del risotto.

Cuando el arroz esté casi listo, añadiremos los hongos y el queso parmesano. Mezclaremos bien hasta que el queso se haya derretido y el risotto tenga una textura cremosa. ¡Y listo! Ya tendremos nuestro risotto de hongos preparado.

Por cierto, si quieres darle un toque extra de sabor, puedes añadir un poco de nata o mantequilla al final de la cocción. También puedes sustituir el queso parmesano por otro queso de tu elección.

Consejos para un risotto perfecto

¿Cómo conseguir que quede perfecto? Aquí te dejo algunos consejos que te ayudarán a lograrlo.

• Importancia de un buen caldo casero: Te confieso que yo siempre prefiero hacer mi propio caldo casero. No solo le da un sabor más auténtico al risotto, sino que también puedes controlar la cantidad de sal y otros ingredientes. Si no tienes tiempo, puedes usar un caldo de buena calidad, pero recuerda que el caldo es la base de tu risotto, así que ¡mejor que sea bueno!
• El momento óptimo para añadir el queso: El queso parmesano es el toque final que le da a tu risotto ese sabor y textura cremosa. Pero, ¿cuándo es el momento ideal para añadirlo? Mi consejo es que lo hagas justo antes de servir. De esta forma, el queso se derretirá perfectamente y no se pegará al arroz.
• Consejos para ajustar la textura y el sabor: La textura del risotto es clave. Queremos que quede cremoso, pero no pegajoso. Si ves que tu risotto está demasiado espeso, puedes añadir un poco más de caldo. Por otro lado, si está demasiado líquido, puedes dejarlo cocinar un poco más. En cuanto al sabor, no dudes en probar el risotto antes de servirlo y ajustar la sal y la pimienta al gusto.